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En el corazón de la transformación social, la formación es la chispa que enciende el cambio. En ese marco, un innovador proyecto liderado por la GIZ, a través de sus programas PREVEC II, Probosques II, Sanitation for Millions, ProMOVIS e Interfaz IKI II, y ejecutado por Despacio, nos permitió apostarle al fortalecimiento de las capacidades en género e inclusión de los equipos técnicos de siete ministerios de Colombia. Más que una capacitación, fue un viaje de experiencias para integrar la equidad en el quehacer diario de la política pública.

Punto de partida: diagnóstico para impulsar la acción

Antes de dar el primer paso, era esencial comprender el terreno. Mediante un proceso de diagnóstico, mapeamos el estado de la transversalización del enfoque de género e inclusión en los ministerios de Ambiente, Vivienda, Educación, Transporte, Minas y Energía, Comercio, y en la Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico (CRA).

A través de revisión documental, cuestionarios y grupos focales basados en design thinking para la ideación colaborativa, identificamos oportunidades de mejora y retos específicos de cada sector: desde la movilidad asociada a las labores de cuidado en transporte, hasta la tenencia de la tierra, la vivienda y el acceso diferenciado a la energía.

Este análisis nos reveló una necesidad clara: si bien el marco normativo existe, su aplicación práctica requiere un impulso, especialmente porque quienes formulan políticas públicas no siempre cuentan con la formación especializada para integrar la equidad en el diseño y la evaluación de proyectos.

La experiencia de la formación y el design thinking en acción

Con una hoja de ruta definida, en marzo de 2025 iniciamos las sesiones de aprendizaje, organizadas en dos grupos y distribuidas en dos jornadas completas por participante, en las instalaciones del Ministerio de Transporte. No fueron clases magistrales, sino experiencias lúdicas e inmersivas diseñadas para tocar fibras y generar un cambio de perspectiva.

Día 1: construyendo fundamentos desde la empatía
En la primera jornada nos sumergimos en conceptos esenciales: sexo y género, estereotipos, identidad y orientación sexual. Con dinámicas participativas, las personas reflexionaron sobre sus propias experiencias, generando sensibilización respecto de la importancia de la inclusión. Abordamos también las violencias de género, el rol de las masculinidades y herramientas para una comunicación más inclusiva.

Día 2: del concepto a la acción con design thinking
En la segunda jornada pasamos de la teoría a la práctica, enfocándonos en la interconexión entre género y cambio climático. Aquí, el design thinking fue protagonista. Las personas participantes se embarcaron en un proceso creativo centrado en el individuo, utilizando herramientas como mapas de empatía para identificar necesidades diferenciadas.

El objetivo fue diseñar prototipos de proyectos que no solo mitigaran o se adaptaran al cambio climático, sino que lo hicieran con una perspectiva de género e interseccional. Así surgieron ideas innovadoras: desde un sistema de movilidad urbana que considera los trayectos de cuidado, hasta metodologías para evaluar el impacto de género en proyectos energéticos rurales. Este enfoque demostró cómo la empatía, la colaboración y la creatividad pueden traducirse en soluciones equitativas y efectivas frente a problemáticas sociales actuales.

Resultados que inspiran

Logramos una participación robusta, con 46 funcionarias y funcionarios de siete ministerios y entidades (88 % mujeres y 12 % hombres). Los resultados fueron los siguientes:

  • El 100 % de las personas que completaron la evaluación demostraron una comprensión sólida de conceptos clave como equidad de género, interseccionalidad y comunicación inclusiva. Aunque algunas ya conocían los conceptos abordados, el proceso formativo permitió refrescar conocimientos y profundizar en temas clave, lo que refuerza la necesidad de espacios continuos de aprendizaje.
  • El 94 % logró aplicar herramientas como matrices SMART y diseñar indicadores sensibles al género en ejercicios prácticos.
  • Se generaron 15 prototipos de proyectos sectoriales, lo que demuestra una apropiación tangible de los conceptos y sienta las bases para futuras implementaciones.
  • El programa obtuvo un promedio de satisfacción de 4,84 sobre 5.

Lecciones aprendidas

  • Los procesos formativos en enfoque de género propician cambios significativos a nivel individual e institucional, generando personas más sensibles y empáticas.
  • Las actividades vivenciales, en particular aquellas relacionadas con las discapacidades, generaron una mayor conciencia sobre las barreras estructurales y cotidianas, ampliando la comprensión del enfoque de género desde una perspectiva interseccional. Esto demuestra la utilidad de este tipo de métodos para lograr mayor apropiación e interacción entre participantes.
  • Reafirmamos la importancia del design thinking como herramienta accesible y poderosa para fortalecer conocimientos en género e inclusión, ya que permite comprender las realidades diferenciadas de las personas a través de la empatía, definir situaciones problemáticas, construir soluciones colectivas, prototiparlas, evaluarlas y ajustarlas con base en la retroalimentación.
  • Existe una necesidad clara de mayor participación masculina en estos espacios para catalizar un cambio cultural más amplio. Recomendamos a las entidades diseñar estrategias específicas para involucrar a los hombres en sus ámbitos internos y externos.
  • Es crucial pensar en la sostenibilidad y continuidad más allá de la formación, mediante acompañamiento, comunidades de práctica e indicadores de impacto real en las políticas públicas.
  • Fomentar espacios de confianza es esencial para el diálogo y la reflexión sobre género e inclusión.

Este esfuerzo de fortalecimiento de capacidades representa un paso fundamental hacia una gestión pública más equitativa, inclusiva y sensible a las realidades de todas las personas. Al dotar a las y los funcionarios de conocimientos y herramientas prácticas, estamos construyendo un camino sólido hacia un futuro en el que el género no sea una casilla que marcar, sino un enfoque inherente a cada decisión y acción del Estado.

Contribución de autoras

  • Christian Rincón: Redacción – borrador original.
  • Alejandra María Álvarez: Revisión y edición.

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