La ciclorruta, cuyo trazado conecta dos polos que atraen viajes de la juventud en la ciudad, busca promover la salud física, mental y social de niñas, niños, adolescentes y jóvenes.
Con la intención de mejorar la salud física, mental y social de niñas, niños, adolescentes y jóvenes durante la contingencia causada por la Covid-19, Vivo Mi Calle de Despacio junto con la Secretaría de Movilidad y el World Resources Institute adelantaron el diseño e implementación de la ciclorruta Vivo Mi Cali.
El uso de la bicicleta ha sido recomendado por la Organización Mundial de la Salud como modo de transporte y para mantenerse saludable, ya que promueve el distanciamiento físico y la movilidad activa, ejercitando nuestros cuerpos y mejorando la salud mental, pues reduce el estrés. Teniendo en cuenta su utilidad, realizamos una encuesta que recogió la opinión de 2.676 jóvenes de Cali de entre 10 y 24 años, con cobertura en todas las comunas de la ciudad. Con la encuesta se identificaron varios de los puntos de atracción de la juventud, entre los que se encontraban principalmente el Bulevar del río y las Canchas Panamericanas.
La ciclorruta Vivo Mi Cali cuenta con un trazado que conecta esos dos lugares de la ciudad, extendiéndose por 3,1 kilómetros y con un carril constante de 1,7 metros por el que se movilizan las y los ciclistas urbanos. Con la ciclorruta se hace una redistribución de la sección transversal de la calle 8 para dar espacio seguro y protegido a ciclistas, organizando el estacionamiento presente en el corredor (el estacionamiento se daba a costado y costado) y reduciendo las velocidades operativas que oscilaban entre los 50 y 60 km/h a pesar que el límite de velocidad para esta vía es de 30 km/h.
La Fundación Despacio, a través del proyecto Vivo Mi Calle que hace parte del Programa Ciudades Saludables para Adolescentes de Fondation Botnar, realizó la donación de elementos de segregación con el fin de separar el flujo de ciclistas de otros vehículos motorizados garantizando la protección de las y los ciclistas en el trazado. En total, la donación ascendió a COP$203’242.946 entre los que se cuenta el apoyo técnico para la construcción del Documento Técnico de Soporte, además 720 separadores viales tipo ciclorruta (bordillo no traspasable) por un costo total de COP$53.694.160 y su instalación por COP$28.619.500, además de 150 materas 58.5*60 cm con instalación, por COP$52.529.409. Las materas no son el elemento de segregación en la ciclorruta Vivo Mi Cali, son elementos complementarios del diseño como componente urbanístico que se ubican en la zona de amortiguación (o zona blanda) y que, además, buscan cumplir uno de los requisitos de la Guía de Ciclo-infraestructura para ciudades colombianas: atractividad. Los demás requisitos de los que habla la guía son coherencia, comodidad, directividad y seguridad.
“Vivo Mi Cali, es una ciclorruta que busca conectar dos puntos de atracción de la juventud y promover la salud por medio de la bicicleta durante esta contingencia y para promover la bicicleta, debemos garantizar la seguridad vial de las personas que utilicen el trazado, es decir, por encima de todo, proteger la vida de las y los ciclistas segregando físicamente a los vehículos motorizados de ciclistas. Esta segregación fue una donación del proyecto Vivo Mi Calle de Despacio a la ciudad para garantizar la seguridad vial en esta nueva ruta”, indicó Natalia Lleras, directora del proyecto Vivo Mi Calle de Despacio.
El trazado también contó con una auditoría de seguridad vial y el pasado 11 de noviembre realizamos una auditoría de iluminación junto a Casa Matria, subsecretaría de Equidad de Género, para mejorar la iluminación e incentivar el uso de la ruta por parte de mujeres. Asimismo, estuvimos socializando las rutas de atención a mujeres víctima de violencias entre transeúntes y comerciantes. La implementación de la ciclorruta también tuvo como aliados desde la Administración Municipal a las secretarías del Deporte y la Recreación, Paz y Cultura Ciudadana, Dagma, Metrocali e Infraestructura.
Socializaciones de Vivo Mi Cali
La ciclorruta Vivo Mi Cali fue socializada en diferentes oportunidades entre los habitantes de las comunas que atraviesa el trazado (3, 9 y 19) así como entre los comerciantes que tienen sus negocios sobre la Calle 8, además de las redes sociales del proyecto y la Secretaría de Movilidad y se realizó una campaña a través de correo electrónico. En total se realizaron 18 socializaciones con participación de la comunidad, la primera de ellas el 22 de septiembre por medio de un volanteo, entregando piezas informativas sobre el trazado de Vivo Mi Cali a mil personas en la zona de influencia de la iniciativa. Se realizaron reuniones presenciales con habitantes de la zona, además de socializaciones de cómo funcionaría el parqueo en la vía de carros, motos y vehículos de carga respetando el espacio del ciclista.
María Cristina Güetio, vendedora ambulante con un puesto de arepas en la esquina del Bulevar del río con calle 8, se mostró feliz con la posibilidad de contar con espacios seguros para los ciclistas. “Es muy bueno que todo el mundo pueda pasar por esta calle y estar seguro. No hay razón para que esta vía no tenga espacio para todos”, aseguró. María Cristina incluso adoptó una de las plantas sembradas en una de las materas instaladas en el trazado de Vivo Mi Cali. “Se va a llamar Laura, como mi hija, y la voy a cuidar tanto como la cuido a ella”.
A su vez Jorge Rodríguez, ciclista urbano por más de 30 años, aseguró que las iniciativas que busquen salvaguardar la vida de los ciclistas deben ser bien recibidas por la ciudad. “Yo vivo por la plaza de toros y la calle 8 siempre ha sido mi ruta para ir a casa. Es la primera vez que veo que nos prestan atención y se preocupan por garantizar nuestra seguridad”.
Así fue la encuesta
La encuesta, de la que se recibieron 2.676 respuestas, se realizó de manera virtual entre el 1 de junio y el 27 de julio de 2020, preguntándole a jóvenes entre 10 y 24 años sus principales puntos de atracción en la ciudad, además de los motivos por los que montan bicicleta y las razones por las cuales no usarían la bici. La gran mayoría de personas encuestadas respondió que sí sabía montar en bicicleta, con el 95% de las mujeres y 98% de los hombres, mientras que a la pregunta ‘¿tienes bicicleta?’ el 66% por ciento de las mujeres y el 77% de los hombres respondió afirmativamente.
A los encuestados de Vivo Mi Cali también se les preguntó si usaban la bicicleta para moverse por la ciudad antes de la cuarentena, con el 43% de las mujeres y el 67% de los hombres respondiendo afirmativamente. De igual manera, el 42% de las mujeres y el 58% de los hombres contestaron que se movilizaban diariamente en bici; 29% de las mujeres y el 25%, semanalmente; 7% de las mujeres y 3% de los hombres; 8% de las mujeres y 5% de los hombres, rara vez o menos de una vez al mes mientras que el 14% de las mujeres y el 8% de los hombres afirmaron que no la usaban para transportarse, solo para ejercitarse.
La encuesta Vivo Mi Cali le preguntó a la juventud entre 10 y 24 años por sus recorridos en Cali -sus orígenes y destinos-. La comuna que más respuestas reportó fue la 17, con el 10% de los encuestados, seguida de las comunas 13, con 9%; las comunas 18 y 1, con 7% cada una y la comuna 19 con el 6%. En cuanto a los espacios de la ciudad que atraen esos viajes, la juventud señaló la Universidad del Valle, las canchas Panamericanas y el Bulevar del Río seguidos del barrio Centenario y San Fernando Viejo, entre otros.
“Queremos involucrar a la juventud en la planificación de nuestras ciudades, incorporar sus voces y su participación en la transformación de calles y regeneración de espacios públicos. Queremos que la juventud se apropie de estos procesos y para lograrlo debemos identificar esos lugares de atracción y entender lo que les motiva o disuade de andar en bicicleta”, explicó Natalia Lleras, directora proyecto Vivo Mi Calle de Despacio.
Razones para montar, y no montar, en bicicleta por Cali
Las motivaciones para montar en bicicleta por parte de la juventud caleña son variadas. No contaminar el planeta y ejercitarse son motivos ‘muy importantes’ para gran parte de los encuestados, 72% de las mujeres y 79% de los hombres en el primero de los casos y 75% en ambos sexos en el segundo. Ahorrar dinero también es una razón de peso a la hora de montarse en la bici, el 68% de los hombres y las mujeres respondieron que es ‘muy importante’ mientras que 17% de los hombres y el 18% de las mujeres indicaron que es ‘importante’.
La diversión es un motivo ‘muy importante’ e ‘importante’ para montar en bici en el 86% de los hombres y 83% de las mujeres, mientras que la autonomía o independencia es una razón ‘muy importante’ e ‘importante’ en el 78% de las mujeres y el 82% de los hombres. El 86% de las personas que montan en bicicleta señalan la autonomía o independencia como una razón ‘muy importante’ e ‘importante’ para usarla.
La juventud caleña no considera que sudar sea una razón de peso para bajarse de la bici. Cerca de la mitad de las mujeres (49%) y hombres (47%) encuestados respondieron que es un motivo ‘nada importante’ para no usar la bici. La contaminación tampoco frena a la juventud, el 39% de los hombres y el 38% mujeres respondieron que es ‘nada importante’.
En cuanto a las razones de seguridad como motivo para no montar en bicicleta, el 77% de las mujeres y 70% de los hombres afirmaron que la posibilidad de un robo es un motivo ‘muy importante’ e ‘importante’ para no usar la bicicleta. La probabilidad de ser atropellados también es un motivo ‘muy importante’ e ‘importante’ a la hora de no usar bicicleta en el 69% de las mujeres y el 59% de los hombres.
El acoso callejero es una de las principales razones que dan las mujeres para no montar en bici. El 64% de las encuestadas indicó que es una razón ‘importante’ y ‘muy importante’ para no usar la bicicleta, mientras que el 17% de los hombres aseguró que este es un motivo ‘importante’ y ‘muy importante’ para no subirse en la bici. A su vez, el 58% de los hombres indicaron que es una razón ‘nada importante’ al igual que el 14% de las mujeres. Esta es la única respuesta donde se presentaron diferencias en los sexos, siendo evidentemente las mujeres las más afectadas. El análisis de está razón para no montar bici, según quienes montaban bici y quienes no, arrojó que el 42% de quienes sí montaban en bicicleta calificó esta razón como “nada importante”, sin embargo, nuevamente, el 86% de quienes dieron esta respuesta fueron hombres, resaltando el impacto del acoso callejero como una razón de peso para no montar bicicleta para las mujeres. Para mejorar esta percepción de riesgo para las mujeres, se recomienda mejorar la seguridad, la iluminación y sensibilizar a la ciudadanía sobre el acoso callejero como un tipo de violencia hacia las mujeres.
Vivo Mi Calle, de Despacio, es un proyecto financiado por Fondation Botnar y es administrado por la Sociedad Internacional para la Salud Urbana (ISUH por sus siglas en inglés).
Vivo Mi Calle
Vivo Mi Calle es una iniciativa participativa de Despacio.org que busca mejorar la salud y el bienestar de niñas, niños y adolescentes además de empoderarles, a través de la creación y regeneración de espacios públicos y rutas seguras que fomenten su derecho a ciudades saludables.
Sociedad Internacional para la Salud Urbana
La Sociedad Internacional para la Salud Urbana (ISUH por sus siglas en inglés) es una organización mundial comprometida en hacer ciudades más saludables, abordando los determinantes de las desigualdades sanitarias y de salubridad.
Fondation Botnar
Fondation Botnar es una fundación suiza establecida con el objetivo principal de mejorar la salud y el bienestar de niñas, niños y jóvenes en ciudades secundarias a nivel mundial. Para lograrlo, la Fondation Botnar actúa como un catalizador, conectando diversos socios e invirtiendo en soluciones que potencien la inteligencia artificial (IA) y la innovación digital.
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