El Polideportivo Caimitos, ubicado en la Comuna 1 de Palmira, Valle del Cauca, fue escenario de una transformación que surgió directamente de las voces de quienes lo usan a diario: la comunidad y la juventud. A través de un proceso de codiseño participativo, Vivo Mi Calle trabajó junto a niñas, niños y adolescentes para imaginar, diseñar y construir un espacio público más seguro, accesible y dinámico que fue entregado a los adolescentes y comunidad oficialmente el pasado 1 de febrero.

A diferencia de las intervenciones de espacio público tradicionales, Vivo Mi Calle puso a la juventud y a los habitantes del barrio en el centro de la toma de decisiones, asegurando que los diferentes elementos instalados en el espacio intervenido respondieran a sus necesidades y expectativas. Como resultado, el polideportivo pasó de ser un área sin mobiliario ni lugares para permanecer, y con poca apropiación por parte de los habitantes de la zona, a convertirse en un espacio recreativo y de encuentro, diseñado por y para la comunidad.
Un total de 22 personas, entre ellas niñas, niños, jóvenes, mujeres, adultos mayores y migrantes, participaron activamente en cuatro sesiones creativas de dos horas cada una para reimaginar el polideportivo, bajo un modelo de trabajo en el que la juventud dejó de ser espectadora y actora pasiva para convertirse en diseñadora de su propio espacio. Este codiseño constó de cuatro sesiones de trabajo, en las que participaron adolescentes, líderes comunitarios y expertas en urbanismo. Durante estas sesiones se aplicaron metodologías innovadoras para garantizar que el resultado final respondiera a las necesidades reales de quienes usan el polideportivo:
- Mapeos colaborativos: Se identificaron los principales problemas del espacio y se reconocieron sus oportunidades de mejora. La comunidad mapeó zonas inseguras, áreas con mayor uso y elementos que necesitaban transformación.
- Recetas comunitarias: A partir de la experiencia cotidiana, habitantes del barrio imaginaron el polideportivo ideal, priorizando elementos clave como mobiliario, iluminación, juegos y espacios de descanso.
- Construcción de maquetas 3D: Para visualizar sus ideas, los participantes elaboraron modelos tridimensionales del polideportivo, lo que permitió aterrizar conceptos y ajustar detalles antes de la intervención.
- Validación en campo: El 2 de septiembre, más de 100 personas participaron en una activación especial en la que se probaron las propuestas de diseño. En esta jornada se experimentó con el mobiliario, las áreas de juego y la distribución de los espacios, permitiendo a la comunidad realizar ajustes antes de la implementación final.
El proceso de codiseño e intervención contó con el acompañamiento técnico de la firma inglesa Buro Happold, reconocida por su enfoque innovador en diseño urbano sostenible. Su participación en el proceso adelantado por Vivo Mi Calle en Palmira se enfocó en brindar análisis espaciales en diferentes temáticas y propuestas de intervención del espacio público y fortaleciendo la propuesta construida con la comunidad. Juana Leal, directora de Vivo Mi Calle y líder del área de Ciudades Saludables de Despacio, explicó que el espacio público es fundamental para promover hábitos saludables y fortalecer el tejido comunitario, “por esta razón Vivo Mi Calle promueve procesos participativos desde el mismo diagnóstico, pasando por la cocreación e intervención del lugar, expandiéndose más allá de la intervención física en procura de fortalecer el liderazgo y la sostenibilidad de las intervenciones. Esperamos que esta intervención envíe señales claras de que la voz de la juventud y sus comunidades es esencial para tener ciudades más equitativas e inclusivas, y que los diferentes liderazgos del territorio sigan trabajando juntos alrededor del cuidado y la mejora de estos espacios, en donde existen muchas oportunidades para desarrollar agendas deportivas y culturales que integren a las niñas, adolescentes y mujeres, cuya presencia es fundamental para mejorar la apropiación y percepción de seguridad en el espacio”.
Un espacio que pertenece a la comunidad: voces del cambio

La intervención en el Polideportivo Caimitos abarcó una transformación integral del espacio, incorporando elementos diseñados para el disfrute y la seguridad de la comunidad. Se instalaron juegos infantiles tradicionales y alternativos, como columpios, resbaladeros y túneles. Además, se integró nuevo mobiliario urbano incluyendo bancas y graderías para las canchas, todas fabricadas en madera plástica, proporcionando espacios cómodos para la permanencia y el encuentro. La plazoleta de acceso al parque se convirtió en un lienzo de arte comunitario, donde se integraron pinturas coloridas con juegos tipo rayuela y figuras diseñadas para promover la actividad física y la interacción social. Asimismo, se instalaron mallas sintéticas para delimitar el paso del balón entre canchas, reduciendo interferencias entre actividades simultáneas. Finalmente, se llevó a cabo la recuperación de los arcos de fútbol en la cancha sintética y la restauración de los tableros de baloncesto en la cancha múltiple, asegurando que las instalaciones deportivas estén en óptimas condiciones para el disfrute de toda la comunidad.
Para Vivo Mi Calle, el verdadero impacto de esta transformación no está solo en el diseño del polideportivo, sino en la forma en que la comunidad se ha apropiado del espacio. La juventud, sus familias y los liderazgos comunitarios fueron parte activa del proceso y hoy ven reflejadas sus ideas en el lugar que ayudaron a construir. Para Melanie Cardozo, estudiante de la Institución Educativa Antonio Lizarazo y participante de la formación en liderazgo de Vivo Mi Calle, la experiencia fue transformadora: “Nos permitieron compartir nuestras ideas y algo que me gustó mucho fue que fuimos escuchados. Nunca nos dijeron que algo no se podía hacer; siempre nos guiaron. Hoy vemos que lo que imaginamos se hizo realidad”.
Uno de los cambios más significativos surgió de las propias necesidades de la juventud. Bryan Osorio, otro de los adolescentes participantes, destacó la importancia de las bancas alrededor de la cancha, una de sus propuestas: “Era un problema porque cuando había partidos, la gente se amontonaba en un solo lado y eso hacía que se perdiera espacio para jugar. Ahora, con las bancas, hay más orden y más comodidad para todos”. Desde la Junta de Acción Comunal, el proceso de codiseño significó una oportunidad para fortalecer el trabajo en comunidad. Diego Edison Saldarriaga, presidente de la JAC de la Urbanización Caimitos, destacó la importancia de seguir trabajando en conjunto: “Ahora nuestra responsabilidad es cuidar este espacio y garantizar que siga siendo un punto de encuentro seguro para las familias, los niños y los jóvenes. No se trata solo de tener un parque nuevo, sino de mantenerlo vivo y en buenas condiciones para el barrio”.
El polideportivo también ha impactado la dinámica escolar. Magnolia Micolta Peña, rectora de la Institución Educativa Antonio Lizarazo, explicó cómo esta intervención ha generado un sentido de pertenencia entre los estudiantes: “Como ellos fueron parte del proceso, sienten que este es su espacio. Ahora los escuchamos decir cosas como ‘yo vengo a regar las plantas’ o ‘voy a cuidar esta zona’. Ese cambio en la mentalidad es clave porque garantiza que el parque no solo sea usado, sino protegido”. Este proceso demuestra que cuando la juventud y la comunidad participan activamente en la construcción de sus espacios, el impacto va más allá de la infraestructura ya que se fortalece el tejido social, se crean lazos de corresponsabilidad y se generan cambios sostenibles en el tiempo.
Transformando ciudades con la juventud en el centro

La transformación del Polideportivo Caimitos es el resultado de un trabajo colaborativo entre organizaciones locales e internacionales que comparten un mismo propósito: crear ciudades más saludables y diseñadas con la participación de sus habitantes, especialmente la juventud.
Este proyecto fue implementado localmente en Palmira por la Fundación Sidoc y hace parte del programa internacional Healthy Cities for Adolescents de la Fondation Botnar. Vivo Mi Calle, a su vez, se ejecuta en consorcio entre Despacio, WRI Colombia y la Universidad EAFIT. Ana María Navia, líder de incidencia de Vivo Mi Calle y gerente de proyecto de WRI Colombia, añadió: “Sin duda, esta transformación es fruto de un trabajo colaborativo en diferentes escalas (internacional, local y comunitario) con el apoyo del financiador internacional Fondation Botnar, el acompañamiento técnico de Buro Happold en el diseño, el apoyo de la Alcaldía de Palmira y el arduo trabajo de Fundación Sidoc con la comunidad. En esta colaboración es destacable la voluntad política que desde el principio de su administración ha tenido, el señor alcalde y su gabinete, cuyo respaldo desde diversas dependencias ha sido clave para la implementación de Vivo Mi Calle en el municipio”, explicó. El proceso de codiseño del Polideportivo Caimitos representa un modelo innovador de intervención urbana en Colombia y América Latina, con una apuesta metodológica que las organizaciones parte del consorcio buscan compartir por medio de la metodología de Vivo Mi Calle. Dicha metodología busca ser aplicada en otras ciudades del mundo, adaptándose a distintos contextos urbanos y fortaleciendo la participación de la juventud en la planificación del espacio público y en últimas de sus ciudades. Experiencias similares han demostrado que la inclusión de la comunidad en la toma de decisiones no solo mejora los entornos físicos, sino que también fortalece el tejido social y la apropiación del espacio público.

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