En Colombia, según el Observatorio de Mujeres y Equidad de Género (OMEG) en Bogotá de la Secretaría de la Mujer, se ha revelado la realidad que viven las mujeres: “más del 80 % de las mujeres usuarias del transporte lo perciben como inseguro o muy inseguro y más del 70 % ha sido víctima o ha presenciado acoso sexual en los alrededores del Transmilenio” (Secretaría de la Mujer, 2017). En ciudades como Barranquilla, los entornos y el interior del bus son percibidos como más peligrosos durante el día debido a factores como la violencia sexual, que representa el 60 %; en Cartagena, esta cifra alcanza el 71 % (Bandera y Orozco, 2018).
Teniendo en cuenta estas cifras, el Ministerio de Transporte propone la formulación de la Estrategia Nacional para el abordaje de violencias hacia mujeres, niñas, niños y adolescentes en el transporte público y movilidad activa. Esta estrategia cuenta con el apoyo financiero de la Agencia de Cooperación Internacional Alemana (GIZ) y fue desarrollada en su versión inicial por el equipo del Área de Género y Ciudad de Despacio.
Esta estrategia tiene como propósito principal trabajar en la prevención, atención y sanción de la violencia sexual en el transporte público colectivo, masivo, individual y en la movilidad activa. Su objetivo central es brindar lineamientos de alcance nacional y territorial para articular el sector transporte con las rutas de atención existentes establecidas por el Ministerio de Salud. Este esfuerzo implica un compromiso del sector transporte para contribuir a la eliminación de las violencias basadas en género (VBG), mediante una visión de ciudades coherentes con los retos de igualdad de género, reducción de desigualdades, salud y bienestar.
Para el desarrollo de esta Estrategia Nacional, Despacio diseñó una metodología basada en herramientas de diseño centrado en las personas y en metodologías estructuradas para formular objetivos claros. Entre las herramientas utilizadas se destaca el Design Thinking, que permitió a las participantes generar ideas innovadoras y prácticas en un proceso colaborativo. Esta metodología promueve la empatía y la colaboración, asegurando soluciones efectivas y pertinentes para las personas.
En los talleres organizados, se convocó a actores clave de diferentes sectores, quienes aportaron conocimientos y perspectivas mediante dinámicas colaborativas. Además, la metodología SMART fue esencial para estructurar objetivos específicos, medibles, alcanzables, realistas y temporales.
Un componente principal del proyecto fue la elaboración de un marco normativo y conceptual que sirvió como base para las acciones de prevención y atención. El equipo de Despacio llevó a cabo una búsqueda de información en fuentes secundarias, tanto internacionales como nacionales, con énfasis en experiencias de países latinoamericanos. Esta investigación permitió realizar un análisis de brechas y oportunidades, lo que resultó en un listado de hallazgos clave para la formulación de acciones de prevención y la estructuración de rutas de atención.
En cuanto al marco legal, se recopilaron datos de leyes y normativas existentes sobre violencia de género y protección de la infancia y adolescencia. Este análisis incluyó una revisión de las brechas legales relacionadas con las violencias de género asociadas al transporte, identificando áreas para mejorar las políticas públicas y la legislación vigente.
El marco teórico abordó el concepto de violencia desde una perspectiva amplia, adaptándolo al contexto de la movilidad. Se incluyeron estudios sobre violencia en el transporte y movilidad activa para comprender mejor el problema y diseñar soluciones integrales desde el sector.
Mitigar y eliminar la violencia en el transporte requiere un esfuerzo conjunto. Por ello, se construyó un mapa detallado de actores para identificar roles y responsabilidades del sector público, privado, ciudadanía y ONG en la prevención, atención y sanción definidas en la Estrategia.
En el componente de prevención, se elaboró una estrategia de comunicación para visibilizar y desnaturalizar las violencias en el transporte, mediante mensajes clave dirigidos a diferentes públicos. También se diseñó una caja de herramientas pedagógicas dirigida a entidades públicas y operadores para facilitar la difusión de estos mensajes.
En cuanto a la atención, el equipo de Despacio formuló un protocolo de respuesta desde el Sector Transporte para los casos de violencia sexual en el transporte público y la movilidad activa. Este protocolo incluye orientaciones para prevención, atención y sanción, que se concretarán en un plan de acción a corto, mediano y largo plazo, acompañado de un plan de comunicaciones.
La Estrategia Nacional fue presentada el 25 de noviembre de 2024 en el Segundo Congreso de Mujeres y Transporte en Colombia, en Medellín.
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