En Despacio quisimos resolver la duda de muchos biciusuarios que a diario se preguntan si realmente es necesario y obligatorio el uso del casco en sus movilizaciones diarias en Bogotá y si este elemento realmente los protegería ante un escenario de colisión frente a otro objeto (carros, buses, motos, etc.). En principio, podemos sostener que tal pregunta no encuentra aún una respuesta definitiva, es más, si nos volcamos hacia la necesidad de obtener una conclusión, podríamos decir que la mejor respuesta sería “Depende”. La pregunta que surge inmediatamente es, ¿depende de qué?
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Lo cierto es que no existe una respuesta única frente al tema, incluso, si nos detenemos a mirar la experiencia de otros países que han promovido el uso de la bicicleta, podríamos decir que sigue siendo difusa la obligatoriedad y real necesidad del casco. En algunos casos veremos que se recomienda su uso en determinadas situaciones y contextos, en otros, que se hace obligatorio para menores de edad, o que, en definitiva, no se requiere ni se recomienda el casco bajo ninguna circunstancia.
El caso concreto de Bogotá requiere de un análisis que parte desde tres posiciones distintas (cinética, epidemiológica y de política pública) todas importantes, pero no necesariamente relacionadas entre sí ni determinantes a la hora de dar una respuesta definitiva. En el nivel de política pública, se hará evidente que, desde el punto de vista de la normatividad, hasta las campañas que promueven el uso del casco como elemento protector, la conclusión sigue siendo aún confusa y atada a los distintos escenarios posibles. Puede sostenerse, por ejemplo, que el casco resulta útil ante un escenario de colisión que se presenta a menos de 30 Km/h y que no sea politraumático (cosa que puede ocasionar la muerte del ciclista, aunque su cráneo resulte intacto). Una colisión a alta velocidad (más de 50 Km/h), independientemente de si el ciclista lleva o no casco, ocasionará en la mayoría de los casos su muerte.
Lo anterior nos lleva necesariamente a comprender que existen otro tipo de factores ajenos al uso del casco que determinan directamente, e incluso en mayor medida, el resultado de un siniestro vial al contar su gravedad y número de víctimas fatales. Surge inmediatamente la pregunta ¿Debemos entonces cuestionar las altas velocidades que se registran en Bogotá? De hecho sí, lo hemos hecho ya.
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La respuesta frente a la necesidad y obligatoriedad del casco para Bogotá, es entonces confusa y depende de un gran número de factores que engloban distintos y muy variados elementos como las velocidades, la costumbre de los conductores a compartir la vía con los ciclistas y la percepción de seguridad que le da o no el casco al ciclista entre otros.
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