El 25 de mayo es el cumpleaños de Despacio y, para celebrar nuestro décimo primer cumpleaños, realizamos nuestra actividad más chévere: las salidas a la nevera calidosa (aka Bogotá). Con estas salidas queremos conocer nuestra ciudad desde una nueva perspectiva, dejando el escritorio y hablando con la gente en la calle. Ya hemos realizado algunas visitas en el pasado (fuimos a conocer el Potocine en Ciudad Bolívar en el 2020), e hicimos visitas virtuales durante la pandemia – conocimos el proyecto Ciudad Verde de Soacha con la Dra. Adriana Hurtado e hicimos un recorrido virtual por la Sucursal del Cielo (aka Cali), con Fredy Bustos y Michel Zuluaga, parte del equipo de Despacio.
En esta ocasión fuimos a visitar la primera Manzana del Cuidado de Bogotá (¡y de América Latina!), inaugurada en octubre de 2020, ubicada en Ciudad Bolívar. Según la Secretaría Distrital de la Mujer de Bogotá “la Manzana del Cuidado comprende 800 metros cuadrados alrededor del SuperCADE Manitas, donde funcionarán un conjunto de más de 30 servicios que hacen parte del Sistema Distrital de Cuidado, creado para reconocer, redistribuir y reducir el trabajo de cuidado que ha estado recargado de manera excesiva en las mujeres”.
Las Manzanas del Cuidado hacen parte del Sistema Distrital del Cuidado (SIDICU) de Bogotá, que tienen el objetivo de articular “servicios para atender las demandas del cuidado de manera corresponsable entre el distrito, el gobierno nacional, el sector privado, comunidades y familias, para balancear la provisión de cuidados. Así, las cuidadoras tienen tempo para su desarrollo personal, autocuidado, respiro, generación de ingresos e involucrarse en la participación política” de acuerdo con lo explicado en la presentación realizada en el marco del TCC Week organizado por la GIZ en Bogotá, mayo de 2022.
Carolina González Moreno, la coordinadora de la Manzana de Manitas, nos acompañó en el recorrido explicándonos cómo funciona, qué servicios ofrecen, y respondiendo a nuestras (muchas) preguntas. En Despacio tenemos el área de trabajo “Género y ciudad”, enfocada en transversalizar al enfoque diferencial y de género en las ciudades y buscamos que todos nuestros proyectos incluyan esta visión desde el minuto cero. Así que todas las personas del equipo estaban interesadas en conocer cómo se reconoce, redistribuye y reduce el trabajo de cuidado.
Bogotá tiene hoy nueve manzanas en funcionamiento, y en total 45 están previstas en el POT (que en este momento todavía no está vigente). Las Manzanas del Cuidado están ubicadas en zonas con alta concentración de personas cuidadoras, están instaladas físicamente en entidades anclas y tienen el objetivo de acercar servicios públicos y capacitaciones a las personas cuidadoras, y mientras disfrutan de estos servicios se ofrece la posibilidad de cuidar a las personas que están bajo su cuidado.
Según relató Carolina Gonzáles, debido a los impactos de la pandemia por Covid-19, las mujeres que asumen el rol de cuidadoras en sus hogares han solicitado servicios de capacitación enfocados en la ruta de la empleabilidad. Michel Zuluaga, del equipo de Despacio, resaltó la importancia de reconocer las labores de cuidado como un oficio digno y valorado por la sociedad, y en este sentido, que las capacitaciones ofrecidas busquen profesionalizar a las mujeres cuidadoras en las tareas en las que ellas ya tienen experiencia y conocimientos (relacionadas al cuidado). Esto es crucial para el desempeño de ellas en el ámbito emocional y profesional, porque certificar sus saberes socialmente tiene mucha valía.
También discutimos sobre la importancia de incluir a hombres en las actividades de las Manzanas. Carolina nos contaba que, si bien el Sistema tenía como base la Secretaría de la Mujer, no tiene título o se vincula con la palabra “mujer”, ya que este programa busca que los hombres que realizan estas tareas también sean incluidos y puedan acceder a estos beneficios de los programas ofrecidos por el SIDICU. Otra de las acciones vinculadas a la distribución de las labores domésticas en el hogar son las capacitaciones dirigidas a hombres en el proceso de sensibilización con las masculinidades no hegemónicas y equitativas, proceso que tiene como fundamento la visibilizarían de la lista de labores que hacen de manera comparada y equilibrar dicha carga como un acuerdo al interior del hogar.
Es importante destacar que el Sistema Distrital del Cuidado es una iniciativa de la Secretaría de la Mujer de Bogotá, porque son las mujeres la población que mayoritariamente asume esta responsabilidad del cuidado. En Bogotá, por ejemplo, las mujeres dedican 87.5% de su tiempo en trabajos de cuidado[1] frente al 64.8% de tiempo que invierten en ello los hombres (ENUT del 2016-2017). Contrario a lo que ocurre en el Pacífico colombiano, donde la carga de las mujeres es del 90.9% de su tiempo, frente al 67.8% de los hombres[2]. La alta dedicación de tiempo en los cuidados de otras personas y el poco tiempo para su desarrollo personal es una de las razones por las que las mujeres enfrentan mayores barreras a nivel laboral.
Esta sobrecarga sobre las mujeres hace parte de la división sexual del trabajo – un concepto que reconoce los estereotipos que asocian tipos de labores a cada género (por ejemplo, las mujeres están más representadas en el sector educativo y de salud, y los hombres en los sectores de la ingeniería). Estos estereotipos de género estigmatizan las labores de cuidado como una labor femenina y, al iniciar en el interior de los hogares, se traslada a toda la sociedad como una fotocopiadora a dicha problemática. Estigmatizar estas labores tan vitales para el mantenimiento de la especie humana y su hábitat es un retroceso para las luchas feministas que abogan por la equidad de los géneros (Tronto, 2013)[3] . La clave para ello es la empatía y la co-responsabilidad de los trabajos del hogar.
Es importante destacar que el SIDICU es un ejemplo de éxito donde la articulación institucional es fruto de una voluntad política, además de una visión análoga al de las Superilles– Super manzanas de Barcelona – una acción de planificación urbana a nivel manzanas, donde además se entiende y se busca beneficiar en mayor medida a las personas que realizan trabajos de cuidado. Estas personas, que generalmente son mujeres, pasan más tiempo en sus barrios, donde caminan más, hacen esfuerzos físicos mayores por la carga de pesos (compras, niñeces en brazos, etc.) y sobre todo sufren las consecuencias de la mala planificación del transporte, que no considera las razones, los modos y las formas de sus desplazamientos cotidianos.
Es Sistema Distrital del Cuidado es una iniciativa crucial para avanzar en la equidad de género y ha sido reconocida internacionalmente. Nos queda una reflexión sobre la reducción de la carga de cuidado a las mujeres. Por ahora, se entiende que las mujeres pueden recibir el relevo en sus labores, siempre y cuando accedan a un servicio de formación o capacitación. Este enfoque en la ruta de empleabilidad es positivo, debido a que las mujeres están sobrerrepresentadas en la pobreza, sin embargo, esperemos que las propias mujeres puedan decidir qué hacer con su tiempo libre, una vez no tengan que cuidar a alguien más.
Artículo colaborativo escrito por Marina Moscoso, Valeria Bernal y Michel Zuluaga
[1] Para el DANE los trabajos de cuidado son los trabajos no comprendido en el Sistema de Cuentas Nacionales (SCN), que comprenden: apoyo a personas del hogar, compras y administración del hogar, cuidado físico de personas en el hogar, cuidado de menores de 5 años permanente en el hogar, cuidado pasivo (estar pendiente) de personas en el hogar, limpieza y mantenimiento del hogar, mantenimiento del vestuario para las personas del hogar, suministro de alimentación para las personas del hogar, trabajo voluntario, etc.
[2] Este dato es más alto debido a que concuerda con el nivel de pobreza de estas regiones.
[3] Tronto, J. (2013, March). Democratic caring and global responsibilities for care. In Annual Meeting of the Western Political Science Association (pp. 1-10).
Comentarios recientes