Con la escuela de liderazgo Juventud Vivo Mi Calle, cerca de medio centenar de adolescentes del oriente de Cali adquieren herramientas para liderar cambios en su ciudad.
“Si yo como persona, como niña o como joven, tomo una decisión de cambiar algo ya estoy siendo líder… No importa si es algo pequeño o grande, puede que en el futuro transforme la forma en la que vemos el mundo”, afirmó Adriana Quiñones, convencida del poder de sus palabras y el impacto que tienen en su ciudad. La joven hace parte de Juventud Vivo Mi Calle, la escuela de liderazgo de Vivo Mi Calle, una iniciativa de Despacio que promueve la ciudadanía activa de cerca de medio centenar de adolescentes del Distrito de Aguablanca en la creación de entornos saludables. Este programa día a día fortalece sus habilidades socioemocionales, de negociación y de liderazgo, incentivando el desarrollo de su propia voz.
A sus 15 años, Adriana asegura que su meta y sueño es crear cambios significativos en las personas que la rodean: “Ser generadora de un cambio en la sociedad y en mi comunidad”, explicó Adriana desde el corazón del oriente de Cali. Vive en El Poblado II, el barrio que conoce y que quiere transformar. Algo muy parecido piensan Laura, Sharick, Heidy, Carol Daniela, Keinner, Génesis, Andrés, Stephania y todas las adolescentes que se reúnen semanalmente a pensar en cómo lograr una ciudad más sostenible, segura, activa, equitativa y saludable.
Una escuela de lideresas y líderes
Juventud Vivo Mi Calle está dirigida a adolescentes de entre 12 y 17 años, habitantes del oriente de Cali, y consiste de cuatro módulos que se extienden por siete meses, finalizando en diciembre de 2021. Se imparten dos sesiones cada semana para dos grupos, un grupo del barrio El Poblado II y otro perteneciente al programa de servicio social de la Institución Educativa Santa Rosa. Las sesiones, además de fortalecer sus habilidades blandas, capacitan al grupo en los objetivos de desarrollo sostenible, derechos de la niñez, ciudades seguras, equidad de género, espacios públicos y salud, para el desarrollo de planes de abogacía que impulsen entornos que promuevan el bienestar de las comunidades. También se desarrollan sus habilidades de gestión de entornos saludables a través de talleres, del desarrollo de encuestas y mapeos sociales digitales, e intervenciones en el espacio público. Incluso hacen recorridos en su propio barrio, marcando riesgos, lugares de atracción y lugares conflictivos y susceptibles a una transformación, pero también en otros sectores de la ciudad como la zona oeste y el centro de Cali.
Carol Daniela Puertas tiene 16 años y estudia en la Institución Educativa Santa Rosa. Para ella, hacer parte de Juventud Vivo Mi Calle ha sido una experiencia transformadora: “Me ha dado más confianza en mí misma. He aprendido a dejar la pena y hablar de las cosas que me importan. Ahora aporto en mi comunidad y doy mi opinión”, aseguró la adolescente, para quien el liderazgo juvenil es muy importante. “Podemos cambiar la ciudad y tener un mejor lugar donde vivir”, explicó.
Actualmente, las clases de Juventud Vivo Mi Calle se realizan los martes y viernes en el Aula Vivo Mi Calle, ubicada en el parque longitudinal de la 72W del barrio El Poblado II. El Aula es un espacio bioseguro donde las adolescentes pueden estar al aire libre y participar de encuentros con sus compañeras sin temor a contagiarse de COVID-19.
“Nuestra sociedad subestima a la juventud. A pesar de hacer parte de la población, los procesos participativos de proyectos urbanos rara vez involucran estas edades, pues se piensa que como menores de edad tienen poco conocimiento de su contexto o su comunidad. Sin embargo, con las transformaciones hemos demostrado que la juventud, además de conocer su contexto, propone soluciones creativas a las problemáticas que afrontamos en nuestras ciudades buscando siempre el bien común y no un beneficio individual. Resaltar las voces de la juventud en las ciudades es clave para la mejora de nuestras ciudades”, señaló Natalia Lleras, directora de Vivo Mi Calle.
Andrés Felipe Peña siempre había asociado la calle con elementos negativos, como violencia y suciedad. Sin embargo, en Juventud Vivo Mi Calle cambió esta percepción. “Algo que he aprendido acá es que la calle no siempre es mala y nosotros podemos hacer que mejore con nuestras ideas”, señaló el adolescente de 17 años. “Es bueno saber que podemos contribuir y ayudar a que todos puedan vivir en un mejor lugar”, indicó Andrés Felipe.
Johan Rodríguez, asesor pedagógico de Vivo Mi Calle, resaltó la importancia de contar con un espacio como Juventud Vivo Mi Calle en el Distrito de Aguablanca: “Es clave poder reconocer todas las fortalezas que tiene la juventud, reconocer sus expectativas de vida y hablar sobre las relaciones que tienen con su contexto barrial”, explicó haciendo énfasis en el valor de sus experiencias de vida y sus sueños. Así mismo, para Alejandra Ramírez, asesora pedagógica de Vivo Mi Calle, es fundamental tener espacios de formación en liderazgo juvenil, porque son lugares donde se pueden hacer lecturas críticas de su contexto. “Siento que es importante tener un espacio donde la voz de la juventud tenga peso sobre la lectura de sus realidades, de sus cotidianidades y desde ahí puedan proponer soluciones para mejorar su espacio”, relató.
Liderazgos desde Cali para el mundo
Entre las metas de Juventud Vivo Mi Calle también está llevar las voces de sus participantes a otros lugares para difundir el conocimiento adquirido. Con las bases que ha recibido en la escuela de liderazgo, Adriana ya busca compartir esas experiencias con su comunidad. Su meta es transformar su entorno, pero también a las personas. “Yo, como joven, intento expandir la mente a las personas que me rodean. Hacerlas pensar que cualquier día pueden crear un cambio en su comunidad porque somos generadoras de cambios”, afirmó la adolescente.
Vivo Mi Calle
Vivo Mi Calle es una iniciativa de Despacio.org que busca mejorar la salud y el bienestar de niñas, niños y adolescentes a través de su participación activa en la creación y regeneración de espacios públicos y rutas seguras que fomenten su derecho a ciudades saludables. Vivo Mi Calle es un proyecto de Despacio financiado por Fondation Botnar y administrado por la Sociedad Internacional para la Salud Urbana (ISUH por sus siglas en inglés).
Sociedad Internacional para la Salud Urbana
La Sociedad Internacional para la Salud Urbana (ISUH por sus siglas en inglés) es una organización mundial comprometida en hacer ciudades más saludables, abordando los determinantes de las desigualdades sanitarias y de salubridad.
Fondation Botnar
Fondation Botnar es una fundación suiza establecida con el objetivo principal de mejorar la salud y el bienestar de niños y jóvenes en ciudades secundarias a nivel mundial. Para lograr esto, la Fondation Botnar actúa como un catalizador, conectando diversos socios e invirtiendo en soluciones que aprovechan la inteligencia artificial (IA) y la innovación digital. Conozca más sobre el trabajo de la fundación en www.fondationbotnar.org
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