Hasta hace unos días, creíamos que la acción era suficiente para dar a entender nuestra posición sobre los actos de violencia que se han presentado en los últimos 21 días en todo Colombia. Creíamos que trabajar por la calidad de vida de las personas demostraba nuestra actitud pacífica. Y creíamos que continuando con nuestro trabajo dejaríamos claro nuestro rechazo a la violencia. Después de todo, la razón de ser de Despacio es, por encima de cualquier cosa, un compromiso con la vida. Por esto, antes de enviar mensajes en redes sociales o lanzar palabras que, a decir verdad, crearían más ansiedad en el ya atiborrado mundo digital, decidimos ayudar a las personas más cercanas a nuestro trabajo.
En este esfuerzo por hacer algo para apoyar a la comunidad con la que trabajamos en Cali, organizamos la #OllaEnMiCalle: una olla móvil comunitaria que, al día de hoy, ha brindado no solo un plato de comida a 1240 niñas, niños y adolescentes, y a 799 adultos, sino también un espacio seguro donde la juventud del oriente de Cali ha podido expresar lo que siente y piensa sobre la situación actual, con espacios de cuidado y reflexión. Por ello, estamos increíblemente orgullosos de nuestro equipo en Cali. En medio del caos, la ansiedad y la impotencia, han logrado generar un espacio de paz y diálogo con significado para quienes más lo necesitan en este momento.
Hemos entendido que estas acciones no son suficientes, y que es momento para hablar. Sentimos que es momento de establecer una posición humanitaria como organización, una posición de rechazo a todo tipo violencia, de respeto por los derechos humanos, y un llamado a la paz y al diálogo.
Nuestro objetivo es “promover la calidad de vida en las ciudades y durante todas las etapas del ciclo vital […] que incluye mejorar el bienestar de comunidades e individuos desde los aspectos más individuales y familiares (comer, transportarse, criar hijos, organizarse en la casa y en el trabajo)”, y estas actividades se han visto afectadas por actitudes violentas que han resultado en muertes, desabastecimiento, miedo y dolor. Creemos que es importante sumar nuestra voz a las organizaciones que, como Despacio, tienen como objeto la equidad social y el bienestar de la ciudadanía. Expresamos, de manera precisa y contundente, que nuestra prioridad es la vida, la palabra y la paz.
En sintonía con varias empresarias, académicas y organizaciones de la sociedad civil, respaldamos los espacios de diálogo que promuevan el respeto a los derechos humanos. Acompañamos el esfuerzo del sector público de establecer acuerdos que incluyan a la juventud y busquen el desescalamiento de la violencia y la reconciliación que requiere nuestra sociedad.
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