A finales del año pasado en París, se celebró la 21 Conferencia de las Partes (COP21). Allí se definió la nueva meta de limitar el incremento de la temperatura global a 1,5°C con respecto a los niveles pre-industriales. Esta decisión se tomó considerando que la meta anterior, que limitaba el incremento a 2°C para el año 2100, no era suficiente para reducir significativamente los riesgos que conlleva el cambio climático, especialmente para países vulnerables entre los que se cuentan varios de América Latina y el Caribe. Dado esto, queríamos analizar el significado de este cambio para el sector de transporte en América Latina, en particular para los casos de Colombia y México. Entonces aquí les presentamos con mucha emoción nuestro nuevo documento: El reto de Paris para transporte: Implicaciones del cambio de objetivo en la COP 21 para el sector transporte, los casos de Colombia y México
¿Qué comprende el documento?
Este documento intenta responder varias preguntas. Primero, busca responder si América Latina ha sido lo suficientemente ambiciosa y certera en el desarrollo de políticas de transporte que generen un impacto significativo en las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en dicho sector y si realmente estas emisiones se están reduciendo a través de estas medidas. Se evalúa también si las medidas implementadas por el sector ya están siendo contempladas dentro de planes de cambio climático, o si falta trabajo en ese sentido.
Al mismo tiempo, describe las implicaciones del cambio de objetivo a 1,5°C de incremento de temperatura en el sector, puesto que esta meta implica un verdadero cambio en el paradigma de la movilidad en la región, debido a que el enfoque general de acción ante el cambio climático puede necesitar más ambición para lograrse dicho objetivo. A partir de esto, analiza si América Latina está preparada y si ha estado tomando los pasos necesarios para realmente lograr la meta de 1,5°C, y qué puede hacer falta para lograrlo, específicamente observando los casos de Colombia y México, para finalizar con conclusiones y recomendaciones.
¿Qué concluye?
El documento llega a cuatro conclusiones principales.
- América Latina (y en particular Colombia y México) tiene varias políticas de transporte que, a pesar de no siempre estar integradas en los Planes de Acción para reducción de emisiones o INDC de los países, ya están reduciendo emisiones o tienen un gran potencial de hacerlo
- La región (y los dos países estudiados) también tiene políticas de transporte que no reducen (e incluso incrementan) las emisiones de transporte, y no han sido contempladas en las estimaciones del sector para la acción ante el cambio climático.
- Hay avances y planes específicos desde el sector de cambio climático para promover el uso del transporte sostenible, y aunque hay indicación de políticas y programas que implican evitar, reducir y cambiar (según Dalkmann y Braningan, 2007), hay una preponderancia de medidas de Mejorar eminentemente tecnológicas que por sí solas no van a lograr un efecto significativo en la reducción de emisiones en el sector.
- La región debe ser más ambiciosa en sus políticas, programas y proyectos, además de integrarlos mejor y generar impactos más grandes en el corto y mediano plazo.
¿Qué hacer?
Con base en estas conclusiones, se recomienda cinco pasos clave.
- Integrar sus políticas de transporte con mayor coherencia a las políticas y ambiciones de reducción de emisiones en el sector transporte
- Evaluar la relevancia de continuar implementando políticas de transporte que claramente generen un incremento en emisiones GEI y la posibilidad de anularlas o reducirlas.
- Evaluar claramente el potencial de mitigación de todas sus políticas de transporte y sus posibles co-beneficios, así como un análisis profundo de las barreras y retos para su instrumentación
- Alinear sus políticas sectoriales para evitar discrepancia entre ellas y poder restringir decididamente las políticas que incrementen las emisiones en el sector transporte
- Fomentar a través de regulación, financiación, asesoría técnica e implementación las medidas necesarias para generar un cambio claro y de alto impacto en sus políticas de transporte y hacia un escenario de bajas emisiones de carbono.
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